Del agua
Cuando la lluvia me desborda el paragüas lo boto y disfruto del cielo derretido, busco un árbol frondoso donde el agua no me toque la nariz o camino iracunda luchando con el artefacto. Cuando el agua comenzó a alcanzarme las clavículas reaccioné levemente, la angustia me invadió el cabello. Presurosamente compré los materiales, armé una estructura, pensé nebulosamente, así incomunicada conmigo pegué lo de afuera en la superficie y no lo que tenía saltándome adentro pellizcándome el corazón. Quería volar, quería volar...destruí las inútiles creaciones así como boté las pinturas sin dueño al tacho de basura. Pintura del alma se precipita cuando pienso en ellas, es una lástima que haya permitido que mi goce infantil se haya contaminado por tontas aspiraciones que cortaron el fino hilo que unía mis emociones con el ambiente. Quiero sonreír como ella con sus pantalones naranja y risa rosada, trazos absolutamente propios, y orgullo genuino de volar su mente. Tal vez un día de estos, cu